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2007. FEBRERO

 

27 de febrero de 2007

 

Los de la revista. El Ciervo me piden un comentario sobre el tema de mi propia muerte. Les digo lo que repetidamente tengo escrito, que yo pienso poco en la muerte; que pensar en la muerte tiene pocas ventajas evolutivas que ya decía La Rochefoucauld que “el sol y la muerte no se pueden mirar fijamente, y que Spinoza proclamaba que en nada ha de pensar menos el hombre libre que en la muerte. Les digo que la muerte tiene dos componentes, una biológica y otra espiritual; que biológicamente la muerte es la cosa más natura del mundo, que espiritualmente la muerte es un contrasentido, porque el espíritu, por definición, es inmortal (Buda hablaba de lo No-Nacido, y el Maestro Bankei glosó la idea); que practicando la meditación –y cada cual ha de encontrar su manera de hacerlo- se vence al tiempo y a la muerte –sin necesidad de pensar en ella- es liberarse del ego y de la angustia.

 

Adiós a casi todo. Página 177 y 178

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