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2006. JUNIO

15 de junio de 2006

 

Estos días he leído el manuscrito de una novela que ha compuesto mi hija Ana…

 

Según la visión de Ana, ellos, mis hijos, tuvieron que espabilarse por su cuenta, perdidos en el páramo del bienestar económico, la falta de principios religiosos y la epidemia de la droga. A mí me describe como a un paterfamilias ausente, permisivo y no autoritario, un tipo humano inteligente y triunfador, a pesar de su fragilidad neurovegetativa; también un personaje vanidoso y maniático. El caso es que muy bien parado no salgo. Y reconozco hoy que uno de los problemas de la educación permisiva es que no educa para tolerar la frustración.

 

Adiós a casi todo. Página 132

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