30 de noviembre de 2002
Anoche cenamos, JX y yo, en un restaurante que se ha puesto de moda, el Café de la Princesa, cerca del Museo Picasso. A mí me duraba el malhumor y el cansancio producidos por una enojosa reunión en DMD. (Hay tensiones en DMD, pero yo procuro mantenerme en mi papel de presidente neutral au dessus de la mêlé). Además, los restaurantes siguen sin resolver el problema acústico, imposible hablar con tu pareja si no alzas mucho la voz.
Diario del anciano averiado. Página 204
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