2003. FEBRERO

 

4 de febrero de 2003

En una de las entradas más suculentas de Variaciones 95 (la del 20 de febrero) tengo escrito que el miedo a la muerte genera la ilusión del tiempo. En otras palabras, que no es que se tema a la muerte porque se es temporal, sino que se es temporal porque se teme a la muerte. Abolido el miedo a la muerte, cabe “dejarse ir” y abandonarse a la realidad de cada instante. Ya no te consume la ansiedad, ya eres libre para hacer lo que te plazca, incluso para recibir a un periodista.

9 de febrero de 2003

El señor Federico Trillo, ministro de Defensa del gobierno Aznar y miembro del Opus Dei, declara que las opiniones del Papa en contra de la guerra de Irak “no constituyen materia de fe, y, por tanto, no son vinculantes para los católicos”. Añade que “personalmente, como católico, no me causa ningún problema de conciencia”. O sea que ahora ya sabemos que el señor Trillo no tiene “ningún problema de conciencia en matar a miles de iraquíes “preventivamente”. Naturalmente, el señor Trillo está en contra de que un enfermo terminal pida la eutanasia; se conoce que eso sí es materia de fe.

24 de febrero de 2003

Carta de Pepe Corredor Matheos citando a Plinio: “Consideramos que la vida humana no es tan deseable que haya de ser prolongada por cualquier medio (…); de todos los dones que la naturaleza concedió al hombre no hay ninguno mejor que una buena muerte oportuna, y en ella lo mejor es que cada uno pueda proporcionársela a sí mismo” (Historia natural, libro XXVIII, II.9).

Agradezco, Pepe, tu erudita información sobre la muerte digna. Ya puestos en ello, te recuerdo que, dos mil años antes de Plinio y dentro de la misma línea, apareció en Egipto un impresionante texto titulado La disputa sobre el suicidio. (También conocido como Diálogo de un hombre cansado de la vida con su alma.) Lo cito en mi inédita Genealogía de la lucidez.

Un matrimonio inglés ha ido a Suiza (Dignitas) a suicidarse. Llaman de la radio y de las agencias de noticias. Insisto en mis declaraciones anteriores, cuando el caso de Diane Pretty. En España existe, desde finales del año pasado, una Ley de Autonomía del Paciente, cuya aplicación, me temo, es todavía insuficiente. En demasiadas ocasiones, morir sigue siendo un horror. O una lotería: todo depende de la enfermedad que sufras y del médico que te toque. El concepto de “calidad de muerte”, complementario del de “calidad de vida”, es nuevo en medicina. La sedación paliativa está en pañales. Los médicos temen que se confunda cuidados paliativos con eutanasia. La idea de que debe primar siempre la voluntad del paciente está poco extendida. Los fundamentalistas de Pro-Vida chillan mucho.

Diario del anciano averiado. Página 233, 235, 239 y 252

 

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