2003. ENERO

 

1 de enero de 2003

Yo digo que la vejez es una devastación pero, que, con un poco de suerte, la senectud puede ser recapituladora, sabia. Yo persigo un enfoque musical de este asunto, la senectud como allegro ma non tanto, remate airosos de la sonata de la propia vida. Sin excluir las inevitables disonancias.

Sin excluir los acodes del suicidio racional si las cosas vienen mal dadas.

(…)

Quiere decirse que lo sabio es que cada cual –si puede- invente su finale, ensaye un ejercicio de recapitulación. He tomado ejemplos de grandes músicos, pero podría haber recurrido a otros ámbitos. Freud y Jung, en su madurez, abandonan el interés por la psicoterapia para ocuparse de las puras ideas sobre la condición humana. También era una manera de recapitular.

Diario del anciano averiado. Páginas 223 y 224

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