2002. ENERO

 

18 de enero de 2018

Ha muerto Camilo José Cela…

Conocí a Cela allá por el otoño de 1968. Era un hombre corpulento que pesaría quizás unos cien kilos. Fumaba tabaco negro, Ideales. Tenía la cara grande, estirada, cara de ninot de falla, cara de risa, de perplejidad y de rey godo. En aquella ocasión Cela me dijo que a él la idea de la muerte, que tanto preocupa a los españoles, no le inquietaba nada.

-¿Y no le temes a la pérdida de facultades que llega con los años? –le pregunté.

-Nada. Se debe estar en cada edad con arreglo a cada edad.

-¿Qué puede hacer un hombre enfermo?

-Cuando yo estaba enfermo, leía.

-¿Y un hombre que esté tan enfermo que pueda ni leer?

-Entonces que se muera, coño.

Pues eso, que ahora Cela se ha muerto. Cela ha abdicado de su voluntad de vivir, y no puede negarse que su trayecto por este mundo ha sido exitoso.

Diario del anciano averiado. Páginas 140 y 141

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