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1998. Enero

 

12 de enero de 1998

Se ha suicidado al fin Ramón Sampedro, el tetrapléjico gallego que tanto luchó por el derecho a la eutanasia voluntaria. JTB y yo hemos redactado un manifiesto, en nombre de la DMD, para los medios de comunicación, aunque de momento lo mantengamos en reserva, a la espera de acontecimientos (sobre todo, la actitud del juez instructor del caso).

Hoy no han parado de sonar los teléfonos, querían declaraciones mías sobre esa muerte de Sampedro. He atendido las mínimas. El asunto es sórdido, Creo que el juez –que es jueza- y la Guardia Civil están interrogando son contemplaciones a las personas que presuntamente le ayudaron a maorí. Presumiblemente, pues, que algún día nos llamen a nosotros.

13 de enero de 1998

Prosiguió hoy el bombardeo de llamadas por parte de los medios: atendí unas, desatendí otras. Tocante al aspecto legal, se trata ahora de que Miguel Bajo, el famoso abogado penalista (con quien hemos contactado), se haga cargo de defender a cualquier persona que parezca acusada de haber colaborado en el suicidio de Sampedro. En la asociación Derecho a Morir Dignamente. DMD, estamos recibiendo innumerables firmas de autoinculpación de personas individuales e institucionales que se adhieren a la recogida iniciada por amigos de Ramon Sampedro bajo el lema “YO TAMBIÉN AYUDÉ A MORIR A RAMÓN SAMPEDRO”. Con todo, pienso que la asociación, indirectamente implicada, debería quedar al margen. A ese respecto hemos creado un pequeño comité de cuatro personas (Gené Gordó, Aurora Bau, JTB y yo mismo) para ir tomando decisiones. Ello es que está por medio el testamento hológrafo que Ramón nos entregó. Miguel Bajo aconseja que el testamento hológrafo llegue lo antes posible al juez que ha abierto el procedimiento en Galicia.

A mí me pilla todo esto en fase ligeramente “depre”. Hablé con Ramón por teléfono la víspera de su muerte y me sorprendió la portentosa serenidad con que enfocaba su próximo final. Lo tenía todo bien pensado. Le aconsejé que diese órdenes de que incinerasen su cuerpo para que no quedasen huellas del cianuro. Una extraña, casi surrealista conversación. Hablábamos de su muerte como si fuese un asunto de trámite normal. Pero era un asunto, ya lo dije, sórdido, triste y fantasmagórico. En fin, la Justicia es también, a lo mío. Y lo mío es, ahora, no distraerme demasiado, no dejarme contaminar. Mañana, de nuevo comparecencia en la tele y en la radio.

14 de enero de 1998

En el programa radiofónica Protagonistas, de Luis del Olmo, me enfrentaron con un médico/bioético de la Universidad de Navarra, sin duda del Opus, y la sesión resultó bastante movida; creo que conseguí desenmascarar los condicionamientos re liosos de mi contrincante. Estuve, incluso, vagamente populista al pedir a la sociedad un actitud de compasión y comprensión ante casos como de Ramón Sampedro.

Igualmente he defendido la causa por Radio Nacional, programa de Nieves Herrero. Allí también Luis Carandell, cordial conmigo. Y un cura parapléjico del Opus completamente ideologizado.

Ahora bien, sigue en mí la fatiga por el tema; declino escribir artículos que me piden; ayer me dejé grabar para Barcelona TV, pero hoy ya no para TV3.

Hemos enviado a la jueza Luisa Pérez Rúa, de Galicia, el testamento hológrafo de RS.

Telefonea JTB. Propone un cambio en el enfoque eutanasia activa/pasiva, una distinción ya sobrepasada que debe sustituirse por otra más genérica. Además, con las curas paliativas, concienciación de los médicos, etcétera, sólo se está ayudando a un tipo de enfermos a bien morir: los terminales. Pero hay otra categoría de enfermos a los que no se contempla: los crónicos. Que era el caso de Ramón Sampedro. Suena algo nerviosa y acelerada la voz de JTB. Está involucrada en el tema. Menciona las declaraciones de algunos políticos, “todos con más miedo que vergüenza”. También me reprocha una cierta mezcla de pasividad y frialdad en el caso de RS.

-¿En qué te basas para decir esto? –pregunto

-En que eres un hombre transparente, y se te nota –responde JTB-. Y espero que no la pierdas, esa trasparencia, porque es uno de tus encantos, uno de tus appeals, y creo que no soy la primera mujer que te lo dice.

Lo que JTB no sabe o no calibra es que yo voy siendo cada vez más animal de invernadero, que mi resistencia al estrés es bajísima, que mi fatiga permanece.

A pesar de lo cual he pulido un manifiesto, en nombre de la DMD, y lo he mandado a los medios. He aquí su párrafo final:

“Durante años la DMD ha prestado asesoramiento jurídico al señor Sampedro en su larga lucha ante los tribunales por reconocimiento de sus derechos. Pedimos ahora, desde la fuerza de los derechos establecidos en nuestra Constitución –la libertad, la dignidad, la intimidad, la manifestación autónoma de la personalidad-, que la larga lucha heroica de Ramón Sampedro no tenga que repetirse. Pedimos un amplio debate nacional para que, de una vez, quienes así lo deseen puedan sin temor ser dueños de su último destino.

18 de enero de 1997

Desde que hace ya casi una semana se suicidó Ramón Sampedro, los acontecimientos, la presión de los medios, mi indignación y mi fatiga, mi enojo contra los integristas, mi disgusto por la actuación de algunos socios de la DMD, todo me ha dejado en un estado de genuina saturación.

Entrevistas en la prensa, artículos para los medios, apariciones en televisión, polémicas por la radio, declaraciones y desmentidos. Ayer noche tuve nuevamente una intervención en el programa televisivo Informe Semanal. Hoy, domingo, todos los periódicos vuelven a explicar la historia del caso de Sampedro, y hay artículos míos en algunos. Declaraciones en otros. Lluis Permayer dice que he sido el pionero de la causa de la eutanasia en España, y que esto me honra. Gracias, Lluís. Máximo me dedica su viñeta en El país. Gracias, Máximo.

Diario de otoño. Páginas 225, 226, 227 y 228

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