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1997. Mayo

 

11 de mayo de 2018

Para un público compuesto exclusivamente de médicos, he dado una conferencia en Palamós sobre “Bioética y medicina”. Durante el coloquio han surgido temas varios, como el de los comités de ética en los hospitales, las cuestiones del aborto, racismo, eutanasia, feminismo, ecología. Un médico (minoritario) insiste en que la eutanasia es equivalente a un homicidio. Le digo que confundir la eutanasia con el homicidio es como confundir el acto de amor con la violación. Hay que atender cada caso individualmente. La renuncia a un principio absoluto de moralidad conduce a que más que de ética aplicada cabe hablar de casuística moderna. Hay problemas que exigen soluciones que no son evidentes. Cuando hay un conflicto entre los principios de bioética, procede deliberar democráticamente y buscar un equilibrio de los valores en conflicto. Un equilibrio relativo, tratando de salvar lo que se pueda de cada valor enfrentado. Sabiduría práctica, algo emparentado con lo que Aristóteles llamaba phrónesis, y que Cicerón tradujo por prudencia. Por otra parte, existe tanto una bioética como un bioderecho (tan recurrido por los defensores a ultranza del derecho a la vida); pero, como ha explicado Diego Gracia, el bioderecho sin la bioética es ciego. En todo caso, la bioética es un estudio interdisciplinar suscitado por los mismos avances de las tecnologías biomédicas, y con una base más empírica que doctrinal.

23 de mayo de 1997

Envío una carta de enhorabuena a Miguel Trías Fargas; porque la Corte Constitucional de Colombia ha fallado a favor de la eutanasia voluntaria, y Miguel es mi colega en la DMD de allí. No tengo ánimo para mucho más. El dolor de lumbago me crucifica. Pero en público mantengo el tipo.

Diario de Otoño. Página 175, 176 y 182

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